Pintura líquida o en polvo, ¿cuál prefiere y por qué?

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¿Alguna vez se ha preguntado cuáles son las ventajas del recubrimiento en polvo frente al recubrimiento líquido? Siga leyendo para aclarar sus dudas.

Desde la primera fase, es necesario tener claro el uso final del objeto y, en consecuencia, elegir los materiales y revestimientos correctos para evitar sorpresas desagradables. Revestir una superficie significa no sólo mejorarla estéticamente, sino también protegerla del desgaste, los productos químicos y la intemperie.

El revestimiento en polvo es el proceso utilizado para recubrir materiales metálicos con una fina película de pintura en polvo a base de resinas sintéticas. El polvo, previamente cargado negativamente con una pistola electrostática, se pulveriza sobre la superficie metálica rectificada para garantizar una adherencia perfecta. Ahora, las tecnologías innovadoras también permiten recubrir con pintura en polvo artefactos de vidrio, cerámica y MDF.

El recubrimiento líquido es un proceso utilizado para recubrir muchos materiales diferentes con un barniz líquido que pierde disolvente durante la fase de formación de la película hasta alcanzar el nivel de polimerización requerido. Dependiendo de la tecnología de formulación, la fase de formación de la película requiere una fase posterior de reticulación que puede tener lugar por la acción de la luz UV, de segundos componentes o por simple remodelación del polímero original. Los recubrimientos líquidos pueden aplicarse de diversas formas, desde las más manuales (brocha) hasta las más avanzadas y complejas (por ejemplo, pulverización robotizada, rodillos, recubridores).

¿Cuál es la mejor opción entre el recubrimiento en polvo y el recubrimiento líquido?

En RIPOL estamos convencidos de que, para la protección de metales, los recubrimientos en polvo ofrecen ventajas competitivas mucho mayores que los líquidos. Por eso nos centramos exclusivamente en la producción de recubrimientos en polvo, productos que nos permiten respetar el medio ambiente y garantizar a nuestros clientes un recubrimiento de alto rendimiento.

Mayor resistencia y durabilidad

Los recubrimientos en polvo son ideales para sustratos metálicos, ya que son muy resistentes a la radiación UV, la intemperie y los productos químicos agresivos. Un recubrimiento en polvo proporciona una capa más gruesa y homogénea que la que puede conseguirse con un recubrimiento líquido y, por tanto, no sólo es más duradero, sino también muy resistente al desconchado, la abrasión y el rayado. Los sustratos con recubrimiento en polvo pueden durar décadas.

El uso de recubrimientos en polvo también garantiza una excelente cobertura de los bordes y la ausencia de puntos de fuga en el recubrimiento.

Menos residuos de recubrimiento

En el proceso de recubrimiento en polvo, el polvo recirculante que no se adhiere al sustrato puede recuperarse con el uso de equipos adecuados, mezclarse con el producto virgen y reintroducirse en el ciclo de recubrimiento. Esto garantiza una reducción del exceso de pulverización con un aprovechamiento global del 95% o más.

Durante la fase de formación de la película, los recubrimientos líquidos pueden perder hasta el 90% de su peso con una elevada dispersión de partículas volátiles y, en el caso de los recubrimientos a base de disolventes, emisiones de COV. Además, el exceso de pulverización no puede recuperarse.

Reducción de costes

La reducción del exceso de pulverización durante el recubrimiento en polvo se traduce en una reducción de los residuos y, en consecuencia, de los costes.

La normativa medioambiental relativa a la dispersión de materiales peligrosos, como los disolventes, exige un procedimiento bastante oneroso para gestionar las emisiones durante el proceso de aplicación, secado y eliminación de residuos. Los productores y usuarios de pinturas líquidas deben equiparse con quemadores especiales capaces de eliminar los disolventes o con filtros de reducción, adoptar medidas de seguridad obligatorias por la presencia de líquidos inflamables y establecer un plan de eliminación de residuos peligrosos. Los polvos no utilizables al final del proceso de pintura también requieren una eliminación específica pero, debido a la ausencia de disolventes, los costes son considerablemente inferiores a los de las pinturas líquidas.

En comparación con las pinturas líquidas al agua, la solución de recubrimiento en polvo tiene, sin embargo, costes y eficiencias diferentes que deben tenerse en cuenta. Aunque los recubrimientos al agua tienen un menor contenido de COV que los basados en disolventes, requieren una gestión cuidadosa de la humedad, la temperatura y la ventilación durante la aplicación y el secado.

Durante el secado de los revestimientos líquidos, el intercambio de aire en los hornos es extremadamente alto en comparación con los revestimientos en polvo. Esto conlleva una disminución de la eficiencia térmica, del nivel de seguridad y, por supuesto, un mayor coste de reducción de COV.

Mayor productividad

El recubrimiento líquido, a diferencia del recubrimiento en polvo, requiere un paso de mezcla con otros productos (diluyentes, segundos componentes, acelerantes, etc.) antes de su uso. Este paso debe realizarse con cuidado para evitar errores que podrían provocar defectos en el aspecto final de la pieza. Además, a diferencia del recubrimiento líquido, que implica un tiempo de evaporación del disolvente y un tiempo de secado, el recubrimiento en polvo sólo implica la fase de curado. Enorme ahorro de tiempo y, en consecuencia, mayor productividad con el uso del recubrimiento en polvo.

Respeto del medio ambiente y reducción de la contaminación

Los recubrimientos en polvo son la solución ideal para quienes respetan el medio ambiente: no contienen agua, disolventes, compuestos orgánicos volátiles (COV) ni metales pesados. Además, al no contener contaminantes, no suponen una amenaza para la salud de los operarios ni durante la producción ni durante el pintado.

Algunas pinturas líquidas contienen disolventes y, por tanto, son muy contaminantes. Además, en algunos casos, este tipo de pinturas siguen emitiendo COV incluso después de su aplicación, lo que provoca lo que se conoce como contaminación en interiores. En cambio, las pinturas líquidas al agua, aunque son mucho menos contaminantes que las pinturas al disolvente, tienen un contenido de agua superior al 70%.

Facilidad y rapidez de aplicación

Aunque las pinturas en polvo sólo pueden utilizarse con equipos industriales, son fáciles de aplicar, no hay que extenderlas y no gotean. En caso de zonas dañadas antes del curado, el polvo puede retirarse con el simple uso de una pistola de aire y volver a aplicarse. Además, el recubrimiento en polvo requiere menos pasadas que el recubrimiento líquido, lo que permite un procesamiento más rápido.

Por último, un alto nivel de precisión y la experiencia del pintor son indispensables para el éxito de la pintura líquida, mientras que la pintura en polvo no requiere ninguna formación especial del operario.

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¿Aún tiene dudas sobre el uso de recubrimientos líquidos o en polvo sobre metales? ¿Necesita más aclaraciones? Estamos aquí para ayudarle, póngase en contacto con nosotros y le aclararemos cualquier duda.