El recubrimiento en polvo es una técnica que produce un revestimiento extremadamente resistente. Sin embargo, pueden aparecer defectos como burbujas, agujeros de alfiler, cráteres o porosidad que, además de estropear el aspecto del recubrimiento, pueden comprometer su funcionalidad, calidad y durabilidad. Las causas de estos problemas son diversas, pero pueden evitarse con algunos trucos. Descubra los cinco pasos básicos para conseguir un recubrimiento en polvo liso, homogéneo, sin burbujas ni porosidades.